viernes, 25 de noviembre de 2016

SI... KIPLING Y UNOS VERSOS IMPOSIBLES


¿Por qué será…? Que desde ayer me persiguen los versos del famoso poema de Kipling, If, y hoy va y me salta el mensajito del facebook de que tienes un recuerdo. Voy a ver el recuerdo y resulta que es una entrada del blog que publiqué hace un año. Y en esa entrada mencionaba, precisamente, el poema de Kipling. Ya estamos con las casualidades dichosas…

Así que releo los versos por enésima vez y algunos encajan con cómo me siento hoy. Eso no es casualidad. Son muchos versos, así que entra dentro de lo normal que alguno se adapte a mí. O a cualquiera de nosotros.

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan

Y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto sin fatiga en la espera;

Si engañado, no engañas; (…)


A pesar de que algunos de mis principios puedan ser discutidos por el pensamiento único, sigo fiel a ellos. Aunque me puedan suponer situaciones complicadas. Aunque haya quien me mire por encima del hombro, con aire de superioridad moral.


Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo;

Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Bueno, esto ya es más complicado, lo confieso. No he perdido la mala costumbre de soñar despierta, aunque es cierto que cada vez menos. La vida te vuelve realista. Y los pajaritos cada vez son menos. Pero ahí están, de vez en cuando los oigo piar y me uno con entusiasmo a su coro. Hasta que una voz sube por encima de los piopíos y me dice que ya vale, aterriza guapa. Y yo obediente aterrizo. En esos casos –no falla- suelo correr al ordenador y me pongo a escribir lo primero que se me pasa por la cabeza. Como ahora. ¡Es una liberación con la que disfruto tanto!


Si llenas el minuto inexorable y cierto

De sesenta segundos que te lleven al cielo…

Lo que yo decía. Un minuto de felicidad, el cielo, la cabeza en las nubes… esos sesenta segundos  metafóricos que van llenando una vida. Pero estos «si» encadenados me llevan a revivir situaciones que quizás habría cambiado. Y añado por mi cuenta un interrogante ¿Y si en vez de…? Lo cual no es inteligente, porque el pasado está donde tiene que estar. Y no se puede cambiar. Pero a veces, los sueños me hacen su esclava... Hasta que el móvil vibra y regreso a la tierra. Y ahí estoy un rato tranquilita hasta que otro «si» me vuelve a perseguir y me lanza hacia el cielo en busca de un sueño imposible.



Noviembre 2016

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