sábado, 13 de enero de 2018

DIME ALGO...



-          Dime algo…

-          ¿Algo? -pregunta él torciendo el gesto.

-          Sí, algo. Alguna palabra, un vocablo, una exclamación.

Él mira con cara de no entender. Ella sacude los brazos dejando las palmas hacia arriba, como queriendo animarle con ese gesto.

-          Perdón, pero no te entiendo. ¿Qué se supone que tengo que decir? Porque por la forma en que me estás mirando, ya sé que voy a meter la pata fijo.

Ella vuelve a agitar los brazos. Él sigue sin entender. Entonces se lleva las manos a la cabeza.

-          ¿Te gusta o no te gusta?

-          No, si la voy a liar –calla unos instantes y luego se lanza-. Claro que me gusta.

-          ¿El qué te gusta? –pregunta expectante.

-          Pues, pues…. –se aclara la garganta-. Pues eso, que me gusta.

-          ¿Podrías ser más explícito?

-          Pues lo que se supone que me tenga que gustar. Si a ti te gusta, a mí me gusta.

Sonríe satisfecho, seguro de haber acertado en la respuesta.

-          Hombre, Luis. Eso es muy vago.

-          A ver, que tú siempre has tenido buen gusto.

-          Bueno, eso no te lo discuto –asiente con una media sonrisa-. Pero me gustaría saber tu opinión.

Él resopla, mira a su alrededor en un intento desesperado hasta que sus ojos se detienen en el periódico que hay sobre la mesa. Se aferra a él como un clavo ardiendo.

-          Vamos a ver qué película hay esta noche en la tele ¿te parece? –dice pasando las páginas hasta llegar a la programación-. A ver… mira, aquí hay una de suspense que seguro que te gusta.

-          Ya, precisamente de eso hablábamos. De gustar. Ahora no cambies de tema. ¡Que me ha costado casi cincuenta euros!

Respira hondo, levanta despacio la mirada del periódico y la mira fijamente.

-          ¿Cincuenta euros?

-          ¿Te parece mucho? Si tienes en cuenta que me han cortado y aclarado un poco el tono, tampoco es tanto.

Entonces sus ojos se iluminan y sus labios dibujan una gran sonrisa.

-          ¡Pues claro que me gusta! Estás guapísima –exclama acercándose a ella y acariciándole el cabello.

-          No te habías dado cuenta –dice agitando un dedo acusador entre carcajadas-. Eres un desastre. ¿Tú crees que si me pusiera un loro en la cabeza te darías cuenta?

-          No exageres. Yo te veo igual de estupenda que esta mañana. O sea, igual de guapa que siempre.

-          No sé si tomármelo como un cumplido.

-          Es un cumplido. Te lo aseguro –afirma con vehemencia.

En sus ojos lee con claridad que se trata de un cumplido. «De acuerdo, no se ha dado cuenta de que he ido a la peluquería, pero sólo él es capaz de mirarme así y conseguir que se me haga un nudo en el estómago».

-          Entonces ¿qué peli has dicho que podíamos ver?



Enero 2018

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