Estoy sin estar… Tumbada en la hierba, con los ojos
entreabiertos, sobre mi cabeza las ramas de un árbol altísimo se mecen contra
un cielo muy azul. Ni una sola nube. El sonido de una chicharra, o de un grillo,
o del bicho que sea que hace ese sonido característico de las tardes cálidas de
verano.
Mi mirada somnolienta se pierde en el cielo. Y así me quedo
un rato, no sé cuánto, mucho, imagino…
Disfrutando de la paz del momento, antes de que la piscina se llene de
niños gritones. Paz. Suspiro profundamente. Mi cabeza dolorida se deja abrazar
por el sol, el murmullo del viento y el goteo rítmico de la ducha.
Estoy pero no estoy. Lo intenté, o quizás no. Tampoco había
planeado nada. No era capaz de imaginar, a pesar de mi imaginación normalmente
desbordante. Sólo quería verle. Sólo quería estar. Sin más. Y, sin embargo, un trozo de mí ya no
está. Noto que se me escapa, intento retenerlo… Me rindo, tiro la toalla, no lo
vuelvo a intentar.
Me llegan los ecos de voces y carreras cada vez más próximos.
Son las risas de los niños. Abro los ojos y vuelvo a la realidad. Ahora que lo
pienso, a lo mejor es sólo el jet lag.
Y yo dándomelas de poeta. Me incorporo con lentitud y sacudo una hormiga que me
sube por la pierna. Hay amigas que me dicen que la época de los sueños quedó atrás
y que lo que hay que hacer es apuntarse a una plataforma de esas de buscar pareja.
Sólo de pensarlo me dan escalofríos. Conociéndome, qué desgaste emocional. Iría
dejando trocitos de mi alma esparcidos por los bares de Madrid. Y luego ponte a
buscarlos uno por uno, a recomponerlos y a que queden igual que antes. Que nunca
quedan igual. Porque siempre hay un trozo que se pierde, o que se deforma, no
sé. El caso es que siempre hay un pedacito que no encaja.
Aunque, como dice un amigo muy querido, sigues adelante, con
la mochila más cargada, pero sigues, y además, eres feliz. Sin algunos trocitos
que has ido perdiendo por el camino, es cierto, pero feliz. Como para no serlo. Cómo no vas a
ser feliz cuando recibes las llamadas de las personas que más quieres, sinceras
y desinteresadas, llenas de cariño, e incluso te dicen que lo dejan todo y van a
estar contigo. Sólo para estar.
Julio 2019
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